Día Mundial de la Vida Silvestre
El valor de proteger la vida silvestre
El ser humano, Homo sapiens, es una especie que ha logrado modificar su medio ambiente, de tal forma que a veces parece que ha olvidado que pertenece a un sistema biológico global que debe equilibrarse para sostener la Biodiversidad.
Sin embargo, son muchos los esfuezos para rescatar especies y cuidar el medio ambiente. Además, se torna fundamental redoblar el trabajo educativo para concientizar sobre la importancia de proteger el planeta.
Actualmente estamos atravesando una crisis mundial de la biodiversidad, con más de un millón de especies de plantas y animales en peligro de extinción. Es por esto, que difundir los mensajes de conservación y tomar acciones se vuelve una tarea indispensable.
Los desastres ecológicos y también los efectos negativos de menor escala provocan la disminución de especies y acarrean consecuencias negativas en el ámbito económico, medioambiental y social.
El 3 de marzo se ha declarado como el Día Mundial de la Vida Silvestre y esto nos brinda la ocasión de celebrar la belleza y la variedad de la flora y la fauna salvajes. Debemos además tomar y crear conciencia sobre la multitud de beneficios que la vida silvestre aporta y la necesidad urgente de combatir los delitos contra el medio ambiente.
¿Cómo funcionan los ecosistemas?
Todas las actividades de la vida, desde el vuelo de un cóndor andino, la fotosíntesis que ocurre en una hoja, hasta el transporte activo a través de las membranas celulares se llevan a cabo gracias a la energía de la luz solar.
Las moléculas de la vida han sido sintetizadas a partir de componentes básicos químicos que se obtienen del medio en forma de nutrimentos.
La energía solar bombardea la Tierra y ésta la utiliza transformándola en reacciones químicas que alimentan a los seres vivos. Parte de esa energía se disipa como calor.
Dos leyes básicas rigen la función de los ecosistemas:
1) La energía se desplaza de una comunidad a otra dentro de dos ecosistemas en un flujo unidireccional continuo. Es necesario reponer la energía constantemente a partir de una fuente externa de energía: el Sol.
2) Los nutrimentos pasan en forma continua por ciclos y se aprovechan de manera repetida dentro de los ecosistemas y entre ellos.
Estas leyes dan forma a las complejas interacciones entre las poblaciones de los ecosistemas y su ambiente abiótico.
¿Cómo se transmite la energía entre las comunidades?
A 150 millones de kms de distancia, el sol fusiona átomos de hidrógeno para formar helio y libera cantidades enormes de energía. Una pequeña fracción de esta energía llega a nuestro planeta en forma de ondas electromagnéticas, calor y rayos UV.
Del 1% de la energía solar que llega a la Tierra e forma de luz, las plantas verdes y otros organismos fotosintéticos capturan aproximadamente el 3%. La vida que prolifera en el planeta se sostiene con menos del 0,03% de la energía del sol.
La cantidad de vida que un ecosistema puede sostener está determinada por la energía que capturan los productores (organismos fotosintéticos) de ese ecosistema. Los otros integrantes de un ecosistema (consumidores primarios, secundarios y descomponedores) completan el flujo de energía y mantienen el equilibrio vital natural. Entederemos mejor estos niveles a continuación.
La energía pasa de un nivel trófico a otro
La energía fluye a través de las comunidades a partir de productores fotosintéticos y a lo largo de varios niveles de consumidores. Cada categoría de organismo constituye un nivel trófico.
Algunos de estos consumidores se alimentan directamente de los productores que abundan en cualquier ecosistema. A los organismos herbívoros se los denomina consumidores primarios. Los carnívoros son depredadores que se alimentan principalmente de consumidores primarios. Estos animales constituyen a los consumidores secundarios.
Por lo tanto, podemos resumirlo así:
Los descomponedores son principalmete los hongos y bacterias que digieren el alimento afuera de su cuerpo mediante la secreción de enzimas digestivas. Gracias a estos organismos, la mayor parte de la energía almacenada se aprovecha tarde o temprano.
Podemos ver claramente que la vida planetaria mantiene un equilibrio en el que todos los integrantes transforman la energía para sustentar la biomasa a lo largo del tiempo. Es por esta simple y, a la vez compleja razón, que entender y conservar la vida silvestre del planeta es una tarea fundamental que nos involucra a todos.
Lamentablemente, la actividad humana le ha hecho mucho daño a este fino equilibrio natural como veremos a continuación.
Calentamiento global
El calentamiento global es un problema que nos afecta a todos y pone en peligro la armonía vital del planeta.
Muchos de los problemas ambientales que aquejan a la sociedad y al planeta en general son consecuencia de la interferencia humana en el funcionamiento de los ecosistemas.
A medida que la población humana creció y la tecnología avanzó, los seres humanos comenzamos a actuar con creciente independencia respecto a los procesos naturales.
La Revolución Industrial del siglo XIX dió intensificó nuestra dependencia de la energía de los combustibles fósiles en vez de la luz solar. La energía fósil se utiliza para calentar, iluminar, transportar y también para la industria agropecuaria.
Los métodos modernos (industriales y agrícolas) suelen producir nutrimentos que superan la capacidad de los ciclos respectivos para procesarlos con eficiencia.
La interferencia en el ciclo del carbono contribuye al calentamiento global
Entre 345 a 280 millones de años, cantidades enormes de carbono quedaron aisladas del ciclo del carbono cuando, en las condiciones calurosas y húmedas del período carbonífero los cuerpos de plantas y animales quedaron sepultados en los sedimentos y no se descompusieron.
Con el tiempo, el calor y la presión transformaron estos cuerpos en combustibles fósiles (petróleo y gas natural). Como se mencionó antes, a partir de la rebvolución Industrial hemos dependido cada vez más de estos combustibles, alterando el equilibrio del carbono.
Cuando estos fósiles se queman en centrales termoeléctricas, fábricas y automóviles, se emite CO2 a ala atmósfera. A partir de 1850, el contenido de CO2 de la atmósfera ha aumentado de 280 ppm a 370 ppm (partes por millón). Esto es más de 30% de lo que ha llevado a las concentraciones más altas en más de 400000 años.
Una segunda fuente de CO2 atmosférico adicional es producto de la deforestación del planeta. Esto ocurre principalmente en los trópicos, lo que afecta enormemente a la vida silvestre.
La vida silvestre y sus ecositemas sufren por los gases invernaderos.
Aunque el CO2 representa una pequeña fracción de la atmósfera terrestre (0,036%), este gas actúa como el cristal de un invernadero.
Esto es así porque permite la entrada de solar para luego mantener y absorber esa energía una vez que esta se ha transformado en calor.
El efecto invernadero es por lo tanto la capacidad de los gases de invernadero de atrapar la energía solar en la atmósfera de un planeta en forma de calor. Este es un proceso natural que, al mantener la atmósfera relativamente caliente, permite la existencia de la vida en la Tierra.
Sin embargo, como ya mencionamos la alteración de estos equilibrios naturales puede desencadenar consecuencias negativas que afectan directamente a la biodiversidad y a la vida silvestre, al destruir sus ecosistemas.
Este efecto invernadero descontrolado que se ha generadocomo producto de la actividad humana desmedida es lo que se conoce como calentamiento global.
Reflexiones finales
Entender la naturaleza nos hace caer en cuenta que no sólo somos parte de ella, sino que es nuestra obligación como especie abundante y modificadora de ambientes, razonar las consecuencias de nuestros actos y tomar acciones.
La flora y la fauna no solo deben coexistir en equilibrio porque son pobladores del mundo como nosotros, sino que su vida en armonía nos permite a nosotros como especie vivir en armonía. La salud del planeta es nuestra salud.
